“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.” Mateo 7:24-27
En esta parabola el Señor nos describe dos tipos de personas: Los hombres prudentes y los hombres insensatos.
Los hombres prudentes son aquellos que contruyen su vida entorno a nuestro Señor Jesucristo, aquellos que pese a las circunstancias su mirada esta puesta en Él, cuyo fundamento esta firme en la roca que representa el Señor.
Los hombres insensatos son aquellas personas cuya vida gira entorno de los demás, de sus posesiones y de las circunstancias que los rodean. Una vez que la aflicciones, las pruebas, las decepciones y las perdidas llegan a su vida, su fundamento se derrumbra porque construyeron su vida en cosas terrenales y temporales y no tienen una base para sostenerse.
Dice Proverbios 1:7 que el principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.
El constructor sobre la roca saldrá victorioso de las crisis, y situaciones y pruebas y conflictos familiares y económicos, en el nombre del Señor, porque nada, ni nadie podrá moverlos de sus convicciones, de su fundamento, que es Cristo.
Dios quiere que dejemos esas actitudes, y busquemos ayuda, reconociendo que necesitamos de Él, que nos guie y nos enseñe como edificar, como construir una vida fructífera. Pero necesitamos el fundamento, necesitamos una Roca, Jesucristo, separados de él nada podemos hacer.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario