¡Cuán difícil es caminar por fe y no por vista! sobre todo en los momentos de pruebas, de necesidad y de aflicción.
Y es que Dios en muchos casos pone a prueba nuestra fe y dependencia hacia él y hay situaciones en las que no vemos salida o posible solución, donde creemos que ya no hay nada que hacer que ya todo está perdido, pero son en esos momentos donde debemos agarrarnos más fuerte del Señor y confiar su soberanía.
Es cuando llegamos al momento más difícil de la prueba que comenzamos a dudar y le exigimos a Dios que nos demuestre que él esta en control, que todo se solucionará y hay de Dios si no lo hace, llegamos hasta un punto de murmurar contra él y de querer abandonar todo lo que ha hecho en nosotros, comenzamos a creer que no nos ama, que nos quiere hacer sufrir, que no le importamos.
Una situación muy similar a esta es la que vivió el pueblo de Israel cuando escapaba de manos del faraón de Egipto y su ejercito. Analicemos este caso:
Y fue dado aviso al rey de Egipto, que el pueblo huía; y el corazón de Faraón y de sus siervos se volvió contra el pueblo, y dijeron: ¿Cómo hemos hecho esto de haber dejado ir a Israel, para que no nos sirva? Y unció su carro, y tomó consigo su pueblo; y tomó seiscientos carros escogidos, y todos los carros de Egipto, y los capitanes sobre ellos. Y endureció Jehová el corazón de Faraón rey de Egipto, y él siguió a los hijos de Israel; pero los hijos de Israel habían salido con mano poderosa. Siguiéndolos, pues, los egipcios, con toda la caballería y carros de Faraón, su gente de a caballo, y todo su ejército, los alcanzaron acampados junto al mar, al lado de Pi-hahirot, delante de Baal-zefón. Y cuando Faraón se hubo acercado, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí que los egipcios venían tras ellos; por lo que los hijos de Israel temieron en gran manera, y clamaron a Jehová.
Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto? ¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios? Porque mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto. Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos. Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen. Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco. Y he aquí, yo endureceré el corazón de los egipcios para que los sigan; y yo me glorificaré en Faraón y en todo su ejército, en sus carros y en su caballería; y sabrán los egipcios que yo soy Jehová, cuando me glorifique en Faraón, en sus carros y en su gente de a caballo. Éxodo 14:5-18.
El pueblo de Israel, estaba temeroso y dudo del poder de Dios, pensaron que Faraón y su ejercito eran más fuerte que él. Ellos preferían quedarse en Egipto sufriendo y viviendo como siervos. Y esto es lo que nos pasa a nosotros llegamos a pensar que Dios no puede resolver nuestra situación, que lo que estamos viviendo es más fuerte que su poder, que Dios nos ha abandonado, que fuimos creados para padecer y sufrir. pero mira que dice Moises:
Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.
Entonces los hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda. Y siguiéndolos los egipcios, entraron tras ellos hasta la mitad del mar, toda la caballería de Faraón, sus carros y su gente de a caballo. Aconteció a la vigilia de la mañana, que Jehová miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y nube, y trastornó el campamento de los egipcios, y quitó las ruedas de sus carros, y los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de delante de Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios.
Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros, y sobre su caballería. Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y cuando amanecía, el mar se volvió en toda su fuerza, y los egipcios al huir se encontraban con el mar; y Jehová derribó a los egipcios en medio del mar. Éxodo 14:22-27.
Al igual que al pueblo de Israel Dios nos proveerá una salida a nuestros problemas aunque entemos enfrete del más grande de los desiertos, aunque parezca que todo está perdido, él nos abrirá un camino por medio del mar. Así que no importa quien sea tu Faraón (enfermedad, problemas económicos, depresión, desempleo, etc) Dios se glorificará en cualquier situación por las que estes pasando.